Chip de Chocolate

La vida fluye, pasa y a veces no pensamos en ella, no disfrutamos el detalle más pequeño y no compartimos eso que nos hace felices. Aquí simplemente dejaré volar mi espíritu, mi mente no pensará y mi corazón sentirá más que de costumbre, bienvenidos a una parte de mí.

martes, junio 27, 2006

FOTOS VIEJITAS
















Fotos de hace mucho rato... las encontré en mi computador mientras arreglaba carpetas

LO QUE ME GUSTA (3)

Me encanta sonreír y reírme a carcajadas, que me cuenten historias chistosas, pero escribir historias raras, con trampas, muertos, sangre y rollos fuera de lo común, pero siempre con personajes reales. Odio los monstruos o las combinaciones de humanos con otros seres. Aunque sí prefiero que los humanos con los que estoy me miren como otros seres.

Me gusta que con los ojos baste para entenderme con alguien, que me conquisten con la mirada, con palabras bonitas, con historias y momentos cortos, y luego... largo, muy largo y lento. Pero no me gusta vivir lentamente... me gusta ser acelerada y hacer muchas cosas, escribir en mi agenda mil actividades y hacerlas todas... sino escribirlas otro día de la agenda y así, aplazar y cumplirlas, sobre todo cumplirlas.

Me gusta parecer loca... sobre todo cuando estaba en el colegio y todas mis compañeras eran iguales y yo simplemente me ponía falda con tenis. Amo esos tenis, rotos hasta en la suela. Y ponérmelos sin lavarlos, llenos de polvo, de calle, de vida. Mis uñas sí me las lavo, pero con babas... me encanta chuparme las uñas y que los demás me digan: “no se coma las uñas” y yo sólo respondo: “no me las como, me las chupo”, y luego sonrío.

Y abrazar, que me abracen y besar lentamente como el álbum de Andrea Echeverri, la florecita roquera que más me gusta... me encantan sus gafas de corazones y el pelo corto mientras canta en medio de la ciudad. Me encanta tener el pelo corto y que el viento se me meta a los oídos... y escucharlo, escucharlo claro.

Escuchar música para dormir cuando estoy triste o contenta... pero sobre todo para recordar a la gente. Siempre escucho algo y de una pienso en alguien. Me gustan los recuerdos, por eso tengo corcho con fotos... y cajas con cartas (separadas obviamente por categorías: amigos, Mónica, Jusev, etc)... y leerlas mucho hasta ponerme muy contenta o muy triste.

Me gusta quedarme callada y que la voz se me ponga ronca cuando hable, así como la de Tim Armstrong, tan triste, tan él, como la de Calamaro y Fito... tan bonitas, tan únicas, con tantos recuerdos.

miércoles, junio 14, 2006

¿PRODUCTORA ETERNAMENTE?

En las últimas semanas mi vida ha girado alrededor de una sola cosa: “Buscándola”, mi cortometraje, mi tareíta. Es que prácticamente el viernes fue el parto de ese hijo que entre mis seis compañeros y yo gestamos.

Estoy feliz, tal vez como una madre primeriza que espera con ilusión el momento de tener a su hijo en las manos... y abrazarlo, no tan fuerte para no hacerle daño. Así me siento, bueno, eso creo... porque no soy mamá de verdad. Pero sí la mamá de la producción. Todo un semestre con el compromiso de ser la productora, nombre y título que me encanta.

Pero a veces queda uno como marcado, con una etiqueta o una condena (sólo si se pasa mal). Y así como en los últimos días he tenido que empezar a desprenderme de ese hijo, he empezado a pensar en otro (“Violeta”) y obviamente en el que aún estoy construyendo (“Mundos Paralelos”). Pero me queda una duda: ¿Será que siempre voy a ser productora? A mi realmente me encanta y soy feliz haciendo ese trabajo... hasta enloqueciéndome con esas cosas que no salen y que toca resolver en un instante y con sabiduría. Sin embargo, quiero explorar otras posibilidades y otros roles en la realización de un producto audiovisual.

Creo que la universidad (esto incluye los grupos estudiantiles) es un espacio para aprender, para darse de frente y probarse. Y eso quiero yo. Experimentar, hacer lo que me parece difícil o que no va con mi personalidad, medir mi capacidad de adaptación y cumplir la tareíta aunque no sea la misma de siempre.

sábado, junio 03, 2006

LO QUE ME GUSTA (2)

Reconozco que cuando era niña quería ser más niño, no porque me gustaran las niñas, sino porque quería mostrarme fuerte, de ahí mi preferencia por el azul, por el azul turquí, el rey, el bien oscuro... cuando pasé por mi etapa adolescente (donde amaba a Pink porque ella, igual que yo, odiaba el rosado de niña) comprendí que podía ser fuerte sin necesidad de esconder mi debilidad detrás de ropa oscura y más bien aprovechar el gusto por ese color para otras cosas. Cuando pinto casi siempre lo hago con él y mi closet tiene más ropa azul que de otro color. Y mi cama, que es fucsia (para que se rían de la contradicción), casi siempre la combino con sábanas azules.

Sin embargo lo de niño sí continuó. Me encantaba jugar bolitas, montar bicicleta y hasta que me enseñaran a montar tabla, lástima que nunca aprendí bien. Tal vez por eso disfruto tanto hablar con mi hermanito de siete años. Claro que lo trato como grande porque él también odia ser pequeño (como que es mal de familia) como yo.

Lo que sí disfruto como niña es el chocolate... mmmmmm... hasta me hace imaginarme mil cosas (nunca he soñado que estoy en una piscina de chocolate, pero sería buenísimo). Una buena dosis de chocolatina jet o jumbo es suficiente para tener cara de satisfacción todo el día, para estar tranquila para un parcial o simplemente para jugar a que se derrita y luego chapármela con los dedos. Siempre me pone feliz.

Cuando estoy triste me gusta llorar, llorar mucho, llorar con mocos y que mi almohada quede húmeda, y levantarme y que ya esté seca. No me gusta que me vean llorar, pero cuando lo hago con alguien es porque es con mucho sentimiento, o simplemente porque estoy viendo una película... por más tonta que sea se me pone el ojo Candy
[1]

También me gusta escribir para sacar lo que tengo adentro (bonito o feo)... antes lo hacía con más frecuencia, pero aprendí que a veces es mejor decir de frente eso que te gusta mucho, que quieres mucho o que detestas. Por eso ahora sólo escribo cuando es estrictamente necesario.

[1] Sí, como la muñeca con ojo en forma de lágrima cunado está pensativa.