¿QUÉ HACE UNA ADICTA A LA UNIVERSIDAD EN LA CASA POR LA MAÑANA?
El lunes decidí tomar la mañana de hoy miércoles para hacer llamadas y ponerme en contacto con los posibles patrocinadores para mi cortometraje, preparé todo y simplemente esperé a que llegara este día.
Anoche me acosté temprano, tenía que dormir lo suficiente para no tener la tentación de quedarme más tiempo y perder la posibilidad de invertirlo en hacer gestiones de productora. Puse el despertador a las siete y media y me dormí.
Mi mamá se sorprendió cuando le dije que no tenía que madrugar y que me quedaría en la casa por la mañana, obviamente porque sólo hago eso en vacaciones o los fines de semana. En la mañana, simplemente se despidió de mi mientras yo le contestaba alguna cosa que no logro recordar porque estaba en algún sueño.
El despertador sonó a la hora indicada y curiosamente me levanté sin ningún problema (acostumbro a ponerlo con veinte minutos de anticipación para hacer pereza un ratico), busqué mi desayuno y empezó mi día.
Luego de desayunar empezaron las llamadas telefónicas. Secretarias, pitos de llamada en espera, mi papá, mi amiga, mi tía, más secretarias, mensajes de voz, mi tía otra vez, mi papá de nuevo, nuevos timbres de empresas (creados por ellos mismos con mensajes optimistas que merecen otro blog) y ya. A las diez y media mi trabajo había terminado, sólo tenía que esperar respuestas. Era hora de bañarme y organizar un poco el desorden que había causado mi labor. Pero antes me arreglé las uñas (cosa que no hice anoche porque tenía sueño) y me dejé envolver por los chistes y situaciones tontas de “Jota y Laurita” (que entre otras cosas hoy revelaron que se llama Laura Janeth).
A las once y media mi conciencia de buena estudiante ñoña me dijo: “es hora de adelantar la tarea para mañana” (aunque había decidido hacerla por la noche). Me senté en el computador, prendí el televisor, pero ahora Jota Mario estaba presentando los “Factoraxos” y ahí si no me dejé contagiar (ya tengo con “El factor X 2006”); encontré videos de música y los dejé y leí un cuento que tenía pendiente por revisar.
Ahora me doy cuenta que aunque soy adicta a la universidad y prefiero hacer los trabajos en ella, es una buena opción quedarse en la casa. Acepto que me distraje porque el tiempo que estoy utilizando para escribir esto debería ser el de la tarea de mañana, pero no importa, puedo hacer otras cosas que también son importantes e interesantes y seguir con mi agenda y el plan que ya tenía (la tarea se hace por la noche y por la mañana sólo gestiono lo de producción).
Anoche me acosté temprano, tenía que dormir lo suficiente para no tener la tentación de quedarme más tiempo y perder la posibilidad de invertirlo en hacer gestiones de productora. Puse el despertador a las siete y media y me dormí.
Mi mamá se sorprendió cuando le dije que no tenía que madrugar y que me quedaría en la casa por la mañana, obviamente porque sólo hago eso en vacaciones o los fines de semana. En la mañana, simplemente se despidió de mi mientras yo le contestaba alguna cosa que no logro recordar porque estaba en algún sueño.
El despertador sonó a la hora indicada y curiosamente me levanté sin ningún problema (acostumbro a ponerlo con veinte minutos de anticipación para hacer pereza un ratico), busqué mi desayuno y empezó mi día.
Luego de desayunar empezaron las llamadas telefónicas. Secretarias, pitos de llamada en espera, mi papá, mi amiga, mi tía, más secretarias, mensajes de voz, mi tía otra vez, mi papá de nuevo, nuevos timbres de empresas (creados por ellos mismos con mensajes optimistas que merecen otro blog) y ya. A las diez y media mi trabajo había terminado, sólo tenía que esperar respuestas. Era hora de bañarme y organizar un poco el desorden que había causado mi labor. Pero antes me arreglé las uñas (cosa que no hice anoche porque tenía sueño) y me dejé envolver por los chistes y situaciones tontas de “Jota y Laurita” (que entre otras cosas hoy revelaron que se llama Laura Janeth).
A las once y media mi conciencia de buena estudiante ñoña me dijo: “es hora de adelantar la tarea para mañana” (aunque había decidido hacerla por la noche). Me senté en el computador, prendí el televisor, pero ahora Jota Mario estaba presentando los “Factoraxos” y ahí si no me dejé contagiar (ya tengo con “El factor X 2006”); encontré videos de música y los dejé y leí un cuento que tenía pendiente por revisar.
Ahora me doy cuenta que aunque soy adicta a la universidad y prefiero hacer los trabajos en ella, es una buena opción quedarse en la casa. Acepto que me distraje porque el tiempo que estoy utilizando para escribir esto debería ser el de la tarea de mañana, pero no importa, puedo hacer otras cosas que también son importantes e interesantes y seguir con mi agenda y el plan que ya tenía (la tarea se hace por la noche y por la mañana sólo gestiono lo de producción).
5 Commentarios:
At miércoles, abril 05, 2006 5:40:00 p. m., Daniel said…
Eso es más que ñoña....eso es ser S...
jeje
:)
At jueves, abril 06, 2006 1:38:00 p. m., Andrea Estrada Gutiérrez said…
Bizarro: gracias por participar...
Leo: estoy de acuerdo, aunque eres tan detallista que me pierdo cundo leo lo que me escribes...
Dániel: jajajaja... siiiiii!!!!!!!
At jueves, abril 06, 2006 4:38:00 p. m., Anónimo said…
Concuerdo 100% con Daniel, eres una completa ñoña.
"Hmmm, que buen primer comentario"
At viernes, abril 07, 2006 12:49:00 p. m., Anónimo said…
Que pena con Ustedes, pero Leo tiene toda la razón y no es tan "trabalenguas". Si leen con atención, simplemente notaran que se trata de ordenar las labores por prioridades. Yo, normalmente lo hago y me funciona muy bien.
No importa si es plano cartesiano o simples listas jajaja.Te apoyo Leo...
At lunes, abril 10, 2006 3:28:00 p. m., Cristhian Carvajal said…
Simplemente, yo vivo más en el Carril Izquierdo . Sin embargo considero que a veces, pero sólo a veces, me hace falta ser un poco más cuadrado.
Un abrazo ñoñita
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